Desde un principio se emieza a diseñar el edificio pensando en la sostenibilidad y en su eficiencia energética. Por eso se toman decisiones como la orientación sur, y se
sitúa su eje principal de este a oeste para facilitar la captación solar y la ventilación cruzada.
Las circulaciones se llevan a la fachada norte dandoles la función de colchón térmico, y se deja la piscina y las salas de
actividades dirigidas en las fachadas más soleadas.
Se prioriza la entrada de luz natural y la ventilación cruzada mediante un gran
lucernario longitudinal que atraviesa el edificio de vestuarios de este a oeste.
También se implementan otras estrategias para mejorar la sostenibilidad del edificio durante su uso como la implementación de sistemas de reutilización de agua, la producción de ACS y climatización del edificio a
través de una caldera de biomasa. Todo ello, junto con una cuidada elección de
materiales hace que el edificio tenga una calificación energética máxima “A” .
